Liderada por la Universidad de Exeter, la colaboración internacional combinó y analizó datos de más de 1400 personas en seis estudios diferentes, en un metaanálisis publicado en Nature Communications. Estos estudios habían utilizado muestras de cerebro de personas que habían muerto con la enfermedad de Alzheimer. El proyecto, financiado por la Sociedad de Alzheimer y apoyado por el Consejo de Investigación Médica y los Institutos Nacionales de Salud, analizó una marca epigenética llamada metilación del ADN en casi medio millón de sitios del genoma. Los procesos epigenéticos controlan el grado en que los genes se activan y desactivan, lo que significa que se comportan de manera diferente según sea necesario en los diferentes tipos de células y tejidos que componen un cuerpo humano. Es importante destacar que, a diferencia de nuestros genes, los procesos epigenéticos pueden verse influenciados por factores ambientales, lo que los hace potencialmente reversibles y una posible ruta para nuevos tratamientos.
El estudio analizó los patrones epigenéticos en todo el genoma, en varias regiones diferentes del cerebro. Luego, el equipo relacionó la cantidad de metilación del ADN con la cantidad de ovillos neurofibrilares dentro del cerebro, que es un sello importante de la gravedad de la enfermedad de Alzheimer.
Publicado: Nature Communications
Fuente: Universidad de Exeter